En Pereira se Vive, se Disfruta y se Respira las Serenatas con Mariachi en toda Fiesta y Celebración ➤ A pesar de que la cumbia y el folclor parecen retomar los primeros puestos en emisoras y conciertos, gracias a una mezcla de sonidos más electrónicos y roqueros, existe un género que lleva casi sesenta años haciendo presencia en gran parte del país: el mariachi o la ranchera mexicana. Hoy buscamos entender por qué este tipo de música se ha consolidado tanto en Colombia dado que su estética y sonoridad corresponden a una identidad extranjera. Hoy en Dia en casi toda fiesta o celebracion estan presentes los Mariachis en Pereira.
Cuenta la leyenda que fue un mexicano quien trajo las primeras tonadas mariachis a nuestro país. Alfonso Regla llegó al país el 19 de abril de 1958 enamorado de una bogotana que le robó el corazón. Precisamente fue en la capital, específicamente en el sector de Chapinero, donde montó un grupo con solo una trompeta, tres violines y un guitarrón; desde entonces, jóvenes y adultos han encontrado en este género musical mexicano no solo un amor sino una forma de vida.
Pero no se puede decir que la primera ranchera pisó tierras colombianas en la década de los cincuenta. De hecho, fue el cine la primera puerta que abrió paso al romance y la galantería azteca. Desde que llegó el cinematógrafo en 1897, la producción nacional estuvo permeada por la poca inversión estatal y el auge de los comerciales. Posteriormente, en 1937, se proyectó la primera película con sonido óptico en Colombia, pero las industrias argentina y mexicana tuvieron más acogida en el imaginario nacional, tanto que entre 1946 y 1955 no se realizaron largometrajes. La única excepción fue Allá en el trapiche (1943), una adaptación de la película Allá en el rancho grande, mostrando la gran influencia, no solo de la estética sino también de la progresiva carrera de los manitos por consolidar la ranchera y los mariachis como un símbolo de identidad nacional.
Otra de las circunstancias que se podría tener en cuenta es un paralelo entre el pasado de la sociedad mexicana y la colombiana; ambas padecieron la colonización española y posteriormente se independizaron, pero la primera se caracterizó por una revolución popular mientras que la segunda fue concebida entre los líderes criollos que pertenecían a clases acomodadas.
En contraste, México fomentó un realce de los valores patrióticos mientras que Colombia acogió ciertas costumbres europeas en medio de un discurso excluyente de los sectores populares. Una grieta que le abrió espacio a la música popular y la ranchera sin importar estrato o condición.
Mariachi: narcótico amoroso
El mariachi es un género musical casi contemplativo para con el género femenino que plantea los dilemas emocionales que prácticamente han “educado” a un continente; el amor imposible por condiciones sociales opuestas, la muerte, la envidia y los celos, además de revelar los inhóspitos paisajes donde ocurrieron estas historias: campos verdes, trigales y ranchos, escenario de historias dulces que en la vida real son narcóticos para el corazón.
Desde un corazón roto hasta la despedida a un amigo, el guitarrón, las trompetas y los violines son el licor perfecto para alegrar el alma o alivianar las penas, e incluso para salvar vidas. “Una vez estábamos en Viotá, municipio de Cundinamarca, tocando en una finca. Cuando salimos, una camioneta nos cerró el paso y nos preguntó qué hacíamos en aquel lugar. ‘Somos mariachis’, dijo el cantante, a lo que los hombres armados replicaron: ‘si son mariachis, pues canten’”. Tocaron cerca de cuatro canciones hasta que los delincuentes los dejaron ir. “Nos dijeron que sí éramos mariachis y que muy buenos”, cuenta Raúl Castro, músico mariachi y líder del gremio.
La casa de los charros colombianos
Con el transcurso de los años, Chapinero se ha convertido en la Meca del mariachi en el país; es precisamente ese sector que se conoce como La Playa, sobre la Avenida Caracas y entre las calles 55 y 56, donde se reúnen músicos jóvenes y adultos a ofrecer sus servicios, emulando a la Plaza Garibaldi de la Ciudad de México.
Sin importar que les haya ido bien o mal en su carrera musical, los verdaderos mariachis le dan más valor a su vestimenta y a su instrumento a que si han tenido para comer tres veces al día. Pueden encargar sus ropas directamente desde México, lo que les llega a costar entre 700 mil y tres millones de pesos, o mandarlas a hacer en el país; eso sí, con el estómago lleno o vacío, la elegancia no se improvisa.
Al contrario de lo que se cree, la serenata no es una costumbre netamente mexicana, de hecho, su origen es español, como una forma de declamación del romancero ibérico que se acompaña de un grupo de mariachi.
Los mariachis en números y leyes
Según un estudio realizado en 2009 (último al que se ha tenido acceso) por la Federación Nacional de Artistas de Colombia y el Movimiento Popular Artístico Colombiano, en el país hay más de veinte mil músicos mariachis y tres mil conjuntos, de los cuales unos doscientos están en Bogotá. En contraste, el mariachi y líder del gremio Raúl Castro, afirma que el número de músicos está alrededor de cincuenta mil.
En la década de los noventa, gracias a la denominada “Ley zanahoria”, promulgada por el entonces alcalde Antanas Mockus, se modificó el funcionamiento de establecimientos nocturnos en la Capital, lo cual dejó en la quiebra a cerca de tres mil negocios; una situación que no fue solucionada por el Distrito a pesar de las exigencias de trabajadores y músicos de la capital. Como reclamo inicial, cerca de setenta conjuntos de mariachis realizaron una serenata protesta a media noche en la Plaza de Bolívar y, posteriormente, crearon un partido político, el Movimiento Popular Artístico (MOPAC), como una burla hacia la indiferencia de los dirigentes que incluso lanzó a un candidato presidencial a las elecciones denominado “Pistoloco”.
Actualmente, los mariachis se encuentran a la espera de recibir un dinero correspondiente a una estampilla que creó el Ministerio de Cultura, de acuerdo con la ley 397 de 1997, que permitiría recoger un gravamen del 10 % destinado a los artistas, pero al día de hoy no han recibido un peso.
Es importante recordar que desde el año 2012 la Unesco declaró el mariachi mexicano como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, así que lo invitamos a explorar, al menos por curiosidad, la riqueza de un género musical que no nació ayer, pero que sí parece un periódico de ayer ignorado por la industria, la de aquí y la de allá, que no lo ve y al parecer no quiere verlo.
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